3 Casper Ruud ganó un punto de 55 golpes para llevarse el primer set, y terminó imponiéndose el viernes 7-6 (5), 6-2, 5-7, 6-2 a Karen Khachanov, para colocarse en la final del Abierto de Estados Unidos, su segunda de un Grand Slam en este año. Cuando el larguísimo punto terminó, los espectadores en el estadio Arthur Ashe exclamaron: “¡Ruuuuuud!”. La expresión sonó al comienzo como un abucheo. Fue en realidad una muestra de apoyo. Ruud, quien cayó ante el español Rafael Nadal en la final del Abierto de Francia en junio, tiene 23 años, y puede avanzar del séptimo al primer sitio del ranking si gana el campeonato el domingo en Flushing Meadows. “Después de Roland Garros yo estaba extremadamente contento, por supuesto”, dijo Ruud. “Pero también era lo suficientemente humilde como para pensar que podía haber sido la última final de mi carrera”. No lo fue. El noruego está de regreso en un duelo por el título de un Grand Slam apenas unos meses después. Su oponente saldrá del duelo nocturno que disputaban el español Carlos Alcaraz (3ro) y el local Frances Taifoe (26to). Al igual que Ruud, Alcaraz llegó al viernes con una oportunidad de desbancar al ruso Daniil Medvedev como primero del escalafón mundial después de este certamen. Todos los semifinalistas de la rama masculina son debutantes en estas instancias en Nueva York. Es algo que no había ocurrido en este torneo desde 1881, cuando no había otra opción —fue la edición inaugural de lo que era entonces conocido como el US Championships. Ruud es dirigido por su padre, el extenista profesional Christian. Y su plan de juego funcionó perfectamente durante buena parte de la jornada frente al ruso Khachanov, 31ro del ranking y dotado de un servicio poderoso que le permitió eliminar al australiano Nick Kyrgios, subcampeón de Wimbledon, en los cuartos de final. Para mitigar los efectos de los saques de Khachanov, Ruud permaneció muy atrás de la línea de fondo a fin de hacer sus devoluciones. Unos pasos más adelante, buscó los peloteos. El tenista nórdico se valió de su buen movimiento de pies para defenderse, yendo de un lado al otro. Encontró huecos para colocar sus tiros profundos a ras de suelo, que le redituaron puntos. Tuvo destellos, como una volea por encima del hombro para un winner que lo colocó arriba por 6-3 en el desempate. Momentos después vino el punto del partido, en la tercera oportunidad, para poner fin a ese set. Duró 75 segundos e incluyó 19 golpes más que el segundo intercambio más largo de este par de semanas. Ruud lo culminó con un revés sobre la línea, que generó una derecha a la red. El papá sonrió. Su hijo levantó los brazos y mostró dos dedos de la mano derecha. Habría sido mejor que mostrara sólo el índice. Después de todo, pronto podría ser el número uno. |
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